En el lugar donde vivo no nieva, jamás ha nevado ni nevará. Desde niño cuando veía las películas navideñas, podía ver como los copos caían mágicamente por todos lados. Me imaginaba silencio y tranquilidad por donde se miraba.
Sin duda alguna es algo que tengo que experimentar antes de partir de este mundo, conocer la nieva de primera mano. Ni hacer muñecos ni ángeles, simplemente poder contemplar como cae del cielo y se va acumulando hasta tapar con su blancura el suelo.
Es por eso que este fondo trata (si es que puede) recrear un poco el sentimiento de ver nieve caer. Más que Navidad, se trata de una época del año, que nos invita a detenernos, guardar fuerzas y meditar de lo que fue este año que se acaba. Se ha cosechado lo que se sembró. Ya vendrá la primavera con su fuerza, pero por ahora es tiempo de detenerse, de meditar y de mirar hacia dentro.